La creencia popular de que si tienes agujetas es que has hecho un buen entrenamiento, significa que has llevado a tus músculos al siguiente nivel. Si no las sientes, es que no te has esforzado lo suficiente. ¿Es esto totalmente cierto? Empecemos por el principio, ¿qué son las agujetas?
“Son un tipo de lesión muscular temporal asociada al ejercicio de alta intensidad, especialmente el ejercicio excéntrico. Es decir, aquel en la que queremos mantener la contracción del músculo mientras se avanza hacia el estiramiento del mismo”, nos explica Fernando Amor, médico deportivo especialista en Medicina Física y Rehabilitación en la Clínica Universidad de Navarra. Esto que puede parecer muy técnico viene a decirnos que nos duele porque hemos producido un micro daño en el músculo.
El doctor va más allá al explicar que las agujetas “no son sinónimo de haber realizado un buen ejercicio” y que forzar en cada entrenamiento para tener esa sensación “aumenta la probabilidad de tener lesiones secundarias”. Es cierto que al comenzar a practicar deporte es más sencillo sentir agujetas por la falta de entrenamiento, y no debemos preocuparnos, lo que no debemos es sentirlas después de cada entrenamiento.
Las agujetas se quitan entrenando
Cuando estamos sintiendo dolor muscular y nos quejamos, siempre hay alguien que aconseja entrenar otra vez para eliminar el dolor. Las agujetas se quitan con más deporte, se suele decir, esto es una verdad a medias. Está claro que cuanto más entrenamos menos agujetas vamos a sentir. Con la actividad deportiva continuada el músculo va a crear tolerancia y por tanto mayor dificultad para alcanzarlas, pero lo que destaca el doctor Fernando Amor es que “no es necesario llegar a sufrir este daño para mejorar la tolerancia de los músculos”.
En su opinión el consejo principal que debemos seguir es comenzar a hacer ejercicio guiados por un profesional de la actividad física para aprender a entrenar correctamente.
Debemos recordar que las agujetas son un tipo de daño muscular que genera dolor, inflamación y compromiso en la activación muscular, lo cual implica secundariamente un mayor estrés en ligamentos, músculos y tendones y por tanto mayor riesgo de lesiones secundarias si retoma de forma temprana la actividad”
Por lo tanto, no debemos entrenar el mismo grupo muscular al día siguiente, hay que dejar al cuerpo que descanse y se recupere. Debemos además saber distinguir el dolor propio de las agujetas y el de una lesión. En el segundo caso los síntomas suelen iniciarse en el momento del esfuerzo, y además del dolor puede asociarse con un hematoma y o gap (hueco) en la zona lesionada. El dolor suele ser, además, de mayor intensidad que con las agujetas, apareciendo también en reposo. En este caso se debe acudir a consulta médica para obtener un diagnóstico.