Las bacterias de tu estómago se comunican con tu cerebro

Falta de energía, dolores de cabeza, desmotivación, piel en mal estado, dolor menstrual, todos ellos pueden ser síntomas de que no estamos manteniendo una alimentación adecuada y nuestra microbiota se está viendo afectada. 

La microbiota o flora intestinal es el conjunto de bacterias que viven en nuestro intestino, nos prestan un servicio, ya que nos ayudan a asimilar nutrientes, y en agradecimiento, nosotros las alimentamos. Pero no todas las bacterias se comportan igual en nuestro organismo. Cuando nuestra alimentación es desequilibrada, llena de procesados, harinas refinadas, azúcar o bebidas alcohólicas matamos a las bacterias beneficiosas y fomentamos el crecimiento de bacterias perjudiciales. 

Sandra Moñino, nutricionista integrativa, especialista en el aparato digestivo del centro Nutriciónate nos explica que “todo el cuerpo está conectado” y que “no somos lo que comemos si no lo que nuestras bacterias absorben”.

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LA ALIMENTACIÓN INFLUYE EN EL ESTADO DE ÁNIMO

El intestino está conectado con el cerebro. Una mala alimentación fomenta la depresión y la ansiedad. “Hay gente que tiene un cuadro depresivo y lleva una alimentación malísima, pero está estudiado que, si empezase a cuidar su alimentación, comenzaría a encontrarse mejor y a pensar con más positividad”, explica. 

Además, la conexión entre intestino y cerebro es una carretera de doble dirección. Cuando estamos agobiadas o más tristes y nos apetece comer algo dulce es porque empiezan a alterarse las bacterias consideradas “malas” y nos piden azúcar. En ese caso debemos hacer todo lo contrario, no alimentarlas, tomar fruta o chocolate negro. Cubrimos esa necesidad y no estamos dañando nuestra microbiota. 

Cuando queremos perder peso y nos da ansia de comer es lo mismo, esas bacterias malas están empezando a morir y piden más alimento. Por eso las dos primeras semanas de cambio a una dieta saludable son cruciales. 

Sandra recomienda una alimentación antinflamatoria rica en verduras y frutas, grasas saludables como los frutos secos o el aguacate y proteínas de calidad como el pescado azul y carnes magras. De esta manera, fomentamos el crecimiento de bacterias saludables en nuestro intestino, algo que nos ayuda, además, a prevenir enfermedades como la diabetes o las relacionas con el sistema inmune. 

 

PODEMOS MEJORAR LA MICROBIOTA TAMBIÉN CON DEPORTE

El estado de nuestra microbiota está marcado en un 80% por nuestra alimentación pero otros hábitos también la afectan. El deporte es una gran herramienta para que nuestra microbiota esté saludable ya que nos ayuda a eliminar estrés, nos ayuda a descansar mejor y mantiene nuestros músculos sanos. 

Siempre estamos a tiempo de mejorar el estado de nuestra microbiota, en tan solo dos semanas podemos cambiarla “Nunca es tarde”, afirma Sandra. Escucha la entrevista completa con Sandra en el episodio que dedicamos a la microbiota en el podcast Conecta2. 

 

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Nuestro podcast está cargado de entrevistas que te harán sentir, pensar y pasar un buen rato. En cada episodio, Cristina Pujol y Virginia Gómez, sacarán lo mejor de todos sus entrevistados, dando tips para conectar contigo y tu entorno.