Como cada año, el 19 de octubre se celebra en todo el mundo el Día Internacional contra el Cáncer de Mama. Una fecha señalada para concienciar sobre tan grave enfermedad y hablar de su prevención. Y es que, aunque es una de las enfermedes más frecuentes (según la OMS representa alrededor del 25% de todos los cánceres diagnosticados en mujeres), existen medidas que pueden reducir significativamente el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Uno de esos enfoques es el entrenamiento de intervalos de alta intensidad, comúnmente conocido como HIIT (High-Intensity Interval Training). Este tipo de ejercicio ha ganado popularidad en los últimos años debido a su eficacia en la quema de grasa, el aumento de la resistencia cardiovascular y la mejora de la fuerza muscular. Sin embargo, lo que quizás no sea tan conocido es el papel crucial que el HIIT desempeña en la prevención del cáncer de mama, así como otros tipos de cánceres, y en el tratamiento y gestión de sus efectos secundarios.
“El entrenamiento en intervalos de alta intensidad aumentó la condición cardiovascular en los pacientes de cáncer de mama estudiados, provocando que estos mejorasen su salud física y las respuestas de su sistema nervioso simpático (estrés)”. Así lo afirma un estudio publicado en la National Library of Medicine de Estados Unidos para detallar que alrededor de “un 19% de los pacientes que se sometieron a entrenamientos HIIT observaron una mejora considerada sobre sus “aptitudes cardiorrespiratorias”.
El entrenamiento HIIT mejora la calidad de vida
Una investigación pionera en el estudio de los entrenamientos de intervalos de alta intensidad sobre el cáncer de mama que, aún con muchas conclusiones por detallar, reafirma que estos métodos “conllevan un aumento de la calidad de vida y de las condiciones físicas” de los pacientes. Además, estos entrenamientos suponen que “se reduzcan las tasas de finalización del tratamiento contra el cáncer, la hospitalización y, por ende, el gasto sanitario”, tal y como señala un informe al respecto de la Universidad de Murcia.
Unas conclusiones que soportan el crecimiento del entrenamiento HIIT entre las recomendaciones de profesionales del ámbito médico, fisioterapeutas y profesionales deportivos y que han llevado, en los últimos años, a las principales instituciones sanitarias a poner mucho énfasis en el deporte como gran medicina contra el cáncer en general. “El ejercicio físico puede desempeñar un papel fundamental como estrategia para reducir tanto el riesgo de recurrencia del cáncer como de la aparición de otras enfermedades y contribuir de forma muy positiva a la supervivencia de las personas que han superado un cáncer”, señala Geicam, grupo líder en investigación del cáncer de mama en España.
“A las pacientes de cáncer de mama y para aquellas que han superado la enfermedad, recomendamos entrenar tres veces a la semana de forma moderada”, detalla Efthalia Tsimkas, entrenadora de la cadena Brooklyn Fitboxing donde predominan los ejercicios HIIT y de fuerza que tanto se recomiendan en estas situaciones. Unas sugerencias que van en línea de los 30 minutos de actividad física durante 5 días a la semana que la OMS destaca como clave para reducir en un 67% el riesgo de recaída de cáncer y en un 45% el riesgo de muerte.
¿Por qué se reduce cualquier tipo de cáncer con el deporte?
Uno de los principales factores de riesgo para el cáncer de mama, además de la propensión genética, es el nivel de estrógeno en el cuerpo de una mujer. Los investigadores han demostrado que el ejercicio regular ayuda a mantener equilibrados los niveles de hormonas (las mujeres físicamente activas tienden a tener niveles más bajos de estrógeno en comparación con las inactivas), lo que reduce estos riesgos asociados al cáncer.
Además, el tener una rutina deportiva supone que las células inmunitarias tienen mayor respuesta respecto a enfermedades como el cáncer, así como también ofrece ventajas significativas para la salud mental. Y es que el estrés crónico es otro potenciador de padecer cáncer, por lo que la liberación de endorfinas durante el ejercicio contribuye a mejorar el estado de ánimo, reduciendo la ansiedad y, en consecuencia, detonando un impacto positivo en la prevención del cáncer.
"Hacer ejercicio aumenta la fuerza muscular y disminuye la fatiga y, como beneficio psicológico, disminuye la ansiedad y los síntomas emocionales negativos (ansiedad, depresión…) asociados a la enfermedad del cáncer de mama”, recalca la entrenadora de Brooklyn Fitboxing.
¿Qué deportes reducen más el riesgo de cáncer?
Aunque siguiendo los consejos de la OMS, cualquier actividad deportiva es positiva para reducir el riesgo de padecer un cáncer, está demostrado que algunos tipos de ejercicio son especialmente beneficiosos en su prevención:
- Caminar y trotar: Estas actividades aeróbicas de bajo impacto son ideales para principiantes. Caminar a un ritmo constante o trotar durante al menos 150 minutos a la semana puede contribuir significativamente a la prevención del cáncer de mama.
- Natación: La natación es un ejercicio de bajo impacto que involucra todo el cuerpo. Puede ayudar a mejorar la salud cardiovascular, controlar el peso y reducir el riesgo de cáncer de mama.
- Fitboxing: También conocido como boxeo sin contacto, este deporte cada vez más de moda entre las mujeres ayuda de una forma rápida a la quema de calorías y a mejorar la salud cardiovascular y mental. Sus sesiones consisten en 47 minutos en los que se alternan golpes determinados a un saco con ejercicios funcionales al ritmo de la música.
- Ejercicios de resistencia: El levantamiento de pesas, la calistenia y otros ejercicios de resistencia ayudan a construir masa muscular magra y a aumentar el metabolismo. Esto puede ser beneficioso para el control del peso y la prevención del cáncer de mama.
- Yoga: El yoga no solo mejora la flexibilidad y la fuerza, sino que también puede reducir el estrés, lo que es importante para la prevención del cáncer. Las posturas de yoga y la meditación pueden ser efectivas para mantener el equilibrio hormonal.
Recomendaciones a la hora de hacer deporte
Por último, desde Geicam destacan una serie de recomendaciones para pacientes de cáncer a la hora de enfrentarse a una actividad deportiva:
- Realiza una actividad que te guste, sino disfrutas terminarás abandonándolo.
- Ponte objetivos realizables, no pienses en correr un maratón, pero sí puedes caminar 5 días a la semana 30 minutos, en bloques de 15 minutos.
- Inclúyelo en tu agenda: si es una actividad que planificas como cualquier otra, no acabarás haciéndolo solo si tienes ganas o si no tienes otras actividades.
- Anota los días que lo realizas en un calendario o agenda, así verás la satisfacción de haber cumplido con tu objetivo.
- Compártelo con tu familia, de esta forma, conseguirás integrarlo más fácilmente en tu vida, transmitiendo a tu entorno hábitos de vida saludables.
En resumen, los estudios científicos respaldan de manera concluyente la relación entre el ejercicio regular y la reducción del riesgo de cáncer de mama. Mantener un estilo de vida activo y saludable, combinado con otros hábitos de vida consistentes, puede marcar una diferencia significativa en la prevención de esta enfermedad devastadora.
